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Alan Meeks

Alan Meeks, un artista del lettering de formación y un artesano que solía hacer las formas de las letras estrictamente a mano, podría considerarse un poco dinosaurio, pero sólo porque los diseñadores como él son un hallazgo verdaderamente raro. "Estuve cinco años en mi primer estudio de diseño", cuenta en su entrevista con Creative Characters. "Obviamente, dibujar y recortar tipos de letra todo el día me llevó a desarrollar mis propios tipos de letra. Mi primer diseño para fuente se llamaba Virgin Roman, que aún se conserva en alguna parte. En 1974 me uní a Letraset". En Letraset, ayudó a crear una enorme biblioteca tipográfica diseñada para hojas de transferencia en seco, un sistema democrático anterior al ordenador personal que permitía a todo el mundo configurar los tipos de pantalla frotando letras sueltas sobre el papel. "Hasta ese momento, todos los nuevos diseños procedían de propuestas de todo el mundo", explica. "Salvo algunas excepciones, la calidad era generalmente inferior y, aunque a menudo originales, no eran lo bastante buenos desde el punto de vista tipográfico. Así que nos propusimos producir el tipo de fuentes que creíamos que el mercado necesitaba, buscando y encargando fuentes a diseñadores consagrados". Su contribución a la colección tipográfica predigital de Letraset fue considerable, y muchos de sus tipos tuvieron una segunda vida como parte de las bibliotecas digitales de ITC, Letraset y Linotype. Su trabajo para la empresa muestra una gran variedad de estilos. "La variedad de mis diseños surgió de la necesidad. En mis primeros días en Letraset había relativamente pocos diseños disponibles en comparación con la actualidad, así que mi trabajo consistía en crear una biblioteca de diseños y estilos, llenar tantos vacíos de estilo como fuera posible y crear tendencias además de seguirlas." Su talento para las letras va más allá de los límites del diseño tipográfico; su trabajo en marcas y envases lo demuestra. "Aunque me encanta crear nuevas formas de letras y construir un nuevo diseño con palabras (siempre trabajo con palabras al principio y luego me ocupo de las letras individuales), una vez que el alfabeto básico y los números están hechos, producir los 80 caracteres secundarios es tedioso y luego pasar por otros cinco pesos, cursivas y condensaciones puede llegar a ser alucinante. Lo bueno de los logotipos y los envases es que puedes ver el resultado final en días o semanas, mientras que una familia fuente terminada puede llevar más de un año".